La buena información es curativa

En muchos de sus cursos, Joaquín Grau decía que la buena información ya resulta, por sí misma, curativa.
¿Pero qué caracteriza a la buena información y la distingue de otra que puede resultar dañina y tóxica?

La buena información tiene tres características:

1. Es exacta.
Es decir, se atiene a la realidad de los hechos y no nos da una visión deformada.

¿Qué piensan ustedes de una “mentira piadosa”?
En el tercer punto vemos que una mentira piadosa puede tener su momento, porque quizá no haya llegado el “momento de la verdad” para una persona. Pero, en la inmensa mayoría de los casos, oculta algo que puede estar enfermándonos en la actualidad y nos hace ir por derroteros equivocados en nuestro intento de llevar una vida plena.

2. Es completa.
No se trata de medias verdades.
Es curioso que, sistemáticamente, cuando tenemos la mitad del cuadro, lo que falta es la parte más interesante desde un punto de vista emocional, y que la mitad que solemos tener nos tiene estancados en nuestro estado actual, sin ayudarnos gran cosa a crecer.

De hecho, nuestra “biografía conocida” a veces parece un fino entramado lleno de justificaciones y porqués que, pretendiendo explicar por qué uno es como es, no nos ayuda en nada a cambiar nuestro estado actual y tomar un nuevo rumbo en la vida.

La mitad que falta, nuestra “biografía oculta”, es la que quizá pueda dar cuenta de dónde estamos realmente.

3. Es asimilable.
¿Conocen el dicho “hay verdades que matan”?

A lo largo de una terapia coherente y bien hecha, se va desplegando nuestra biografía oculta de una manera paulatina.
Claro que, en algunas ocasiones, hay momentos duros en los que estamos pisando fondo, pero, en general, lo que se va descubriendo coincide exactamente con nuestra verdad sentida y muchas veces deja la sensación de que por fin cuadran las cosas en tu vida.
Y es que el paciente va elaborando conscientemente –en beta– el contenido con alta carga emocional que permanecía oculto conforme va apareciendo en las sesiones.

La situación es muy diferente de esas otras en las que alguien –con intenciones bastante destructivas– pretende desestabilizar a otra persona desvelando una “verdad” que choca frontalmente con el mundo que tiene construido.

Joaquín era periodista, y lo que es la buena información y sus tres características era materia de estudio en la Escuela de Periodismo.
Pero sus implicaciones en la salud y la enfermedad de las personas, y su importancia en el desarrollo de una terapia, no se enseñaban en esta facultad.

Y, para acabar, no olviden los terapeutas la importancia de dejar a un lado la tentación de interpretar prematuramente la situación que presenta un paciente y los símbolos que puedan aparecer en una sesión.

L. L.