Diferencias entre visualizar y vivenciar en Anatheóresis – Primera parte
Visualizar es la capacidad que tenemos en Beta de autoproyectar imágenes. Es un fenómeno de intravisión que pertenece al campo de la fantasía, puesto que se trata de imágenes libremente creadas, no de imágenes condicionadas por nuestras experiencias vitales.
Concretamente, todas las personas en vigilia pueden autoproyectarse imágenes y, en consecuencia, visualizar mentalmente imágenes creadas a voluntad.
Por ejemplo, una persona con exceso de peso puede proyectarse mentalmente una imagen en la que se ve más delgada. Esta es una simple fantasía que no comporta más energía emocional que la que nutre el deseo de esa persona de perder peso. Y es, además, en este caso, una imagen interpretada, puesto que no proyecta un hecho concreto acaecido, sino la fantasía de cómo quisiera ser ella.
Pero no siempre una visualización muestra de forma tan evidente su voluntad de interpretar. A veces, como ocurre con el recuerdo, caemos en el error de confundir una visualización interpretada con un hecho concreto vivo y vivido.
El recuerdo es una interpretación
Importante en Anatheóresis es precisar que también el recuerdo es una interpretación. O sea, algo que, aun habiendo sido un hecho concreto, ha sido, no obstante, compensado por el hemisferio beta y, efectuado ya ese arreglo de compensación, ha pasado a ser aceptado por el HCI.
De ahí que al recordar creamos estar recordando el hecho concreto, cuando en realidad no lo recordamos como ocurrió, sino compensado y, por tanto, modificado por la interpretación beta.
Aquello que recordamos es un hecho que ha pasado a ser historia –biografía personal o colectiva– y no hay historia que refleje los hechos tal y como realmente ocurrieron.