Alicia, una mujer de 45 años sumida en una profunda tristeza y con un conflicto constante con su madre, hasta el punto de no poder soportarla, llegó a mi consulta después de pasar por varias terapias sin solucionar el conflicto que la afligía.
En la entrevista inicial me describe una actualización patológica (crisis de ansiedad y depresión) a los 22 años que la deja 9 años sin salir de casa a causa de una ruptura sentimental.
Comenzamos las sesiones y se va dibujando ya una situación, antes de nacer ella debido a la situación económica y laboral de la familia se trasladan al norte de África y separan a sus hermanos mayores (mellizos) de corta edad, dejando a uno de ellos al cuidado de la familia paterna, lo que causa una profunda tristeza en la madre. Además, al quedar embarazada nuevamente a esta tristeza se suman sentimientos como la culpabilidad y el rechazo, que generan una melodía de fondo en el claustro materno en que Alicia se esta desarrollando.
Durante varias sesiones la paciente vivencia a su madre llorando constantemente pensando en su hijo, lejos de ella, y sintiéndose culpable por quedar embarazada de nuevo, al tiempo se veía a si misma en un espacio oscuro y frío y muy sola.
Buscaba al padre como gratificación, ya que el si estaba muy contento con su llegada y quería una niña, (de hecho la relación con su padre era mucho mejor).
En una sesión, (llevábamos ya unas 10) Alicia vivencia un momento en que su madre está más tranquila, sentada en una mecedora, poniendo sus manos sobre la barriga:
Alicia: Siento su calor, esta cansada, pero siento el calor y hay luz.
J: Mira la luz.
A: si , es muy bonita, me da calorcito también, la pone mamá.
J: Como es eso? Que la pone mamá?
A: Si…. ella esta conmigo, piensa en mi.
J: Que piensa de ti mamá?
A: Que voy a ser niña, y que todo va a ir bien…..pero esta muy cansada y un poco triste, se va la luz.
J: Ya no hay nada de luz?
A: Muy poca , esta llorando.
J: Mamá llora?
A: Si…. (Alicia empieza a llorar).
J: Oye, mira…… aunque tu estas ahí dentro y eres muy pequeñita, ahora vas a entrar como tu eres ahora, ya mayor, en la habitación en la que está mama y puedes hablar con ella.
A: Si …..la veo sentada en la mecedora llorando y me acerco, ella me conoce, sabe que soy yo, mira al suelo
J: Y tu que sientes?
A: Quiero que me mire…que me vea
J: Venga ahora te mira.
A: (Alicia rompe a llorar de nuevo) pongo mis manos en la barriga de mamá, y ella lo comprende, sabe que no esta haciéndolo bien, ahora lo sabe (llora mucho mas). Ahora si me mira…..yo la quiero.
J: Y ella?
A: Ella también me quiere, pero antes no podía…NO PODÍA…está muy sola.
J: Ah si?
A: Ahora ya no, porque estoy yo….la abrazo……. ella también me abraza…. me abraza y al bebé también.
Continuaron las sesiones.
Alicia “comprendió” la situación que generó esa relación con su madre, ese rechazo que la hacia caer hasta el mas profundo abismo. Comprendió que su madre no la rechazó a ella, sino toda una situación. No lo pudo hacer en su momento porque su percepción era distinta, aún vivía en las ondas Theta, era una verdad sentida. Se liberó totalmente.
Hoy es una mujer mas segura, más fuerte que sigue trabajando en si misma y sus relaciones han dado un cambio sustancial.