Diferencias entre visualizar y vivenciar en Anatheóresis – Segunda parte

Vivenciar es volver al hecho concreto, emocionalmente vivo.

Por cuanto hasta aquí he explicado, se hace evidente que la visualización nos mantiene en la banda alta de esa cinta metafórica que contiene nuestras grabaciones mentales. Y sabemos ya que el problema no está en la banda alta, sino en la baja, donde se encuentran nuestros CATs. De ahí que se haga evidente también que nada podemos resolver recurriendo a la visualización.

A esa proyección de imágenes sin energía emotiva, simples fantasmas maquillados de los auténticos CATs dolientes que se mantienen vivos, repletos de energía actuante, bajo la superficie de la conciencia beta.

Vivenciar, por el contrario, es descender a la banda baja de nuestra metafórica cinta de grabaciones mentales para extraer de ella las cargas emocionales vivas. Unas cargas que sabemos ya son cúmulos de traumas analógicos que mantienen toda la carga energética emotiva de los hechos concretos, de lo que ocurrió sin adherencia alguna interpretativa, y de lo que, por tanto, fue auténtica causa de nuestros daños.

La vivencia no es historia, tampoco es simple proyección fantasmal. La vivencia es el hecho real –con toda su energía emocional– que se encuentra por debajo del recuerdo que de ese hecho hemos formado al compensarlo. Y a veces ni recuerdo tenemos de un hecho concreto, real, traumático, porque la banda beta no ha podido compensarlo.

Estas vivencias son las más energéticas, las que beta ha tenido que encerrar en el olvido. Son las vivencias que se mantienen latentes en la zona abisal theta, esperando el hecho analógico que las actualice.

Vivenciar, por tanto, no es un ejercicio que nos permita fantasear. Cuando se vivencia, sólo puede autoproyectarse el hecho concreto vivido, con toda su realidad energética. Y para vivenciarlo, tenemos que situarnos en IERA. O sea, tenemos que descender a la parte baja de nuestra metafórica cinta de grabaciones mentales.

Y ahí lo encontramos hecho CAT o hecho CAG, sumergido bajo la línea de flotación beta. Y si es CAT, cuando lo extraemos y entra en la banda superior beta, estalla con toda su realidad energética emotiva. Y su energía, hasta ese momento embalsada, vuelve al cauce de la energía vital no patológica.